miércoles, febrero 28, 2007

Ebony & Ivory

jueves, febrero 22, 2007

La primera cita

En realidad fue la segunda, para ser más exactos la tercera, la primera no la conté porque éramos cuatro.

Nos encontramos en una esquina tipo 21 hs. Temprano para cenar, tarde para tomar la leche, ideal para unas birritas. Así que haciéndome el que proponía distintos lugares tiré un bar que quedaba a una cuadra. El Shamrock.

Llegamos y no había nadie así que nos sentamos en las mesitas que dan la espalda a la calle, esas que son como un gran banco de metal con vidriera detrás y pequeñas mesitas delante. Yo, para quedar como un caballero, le dejé la vista a la calle. Es decir, me senté en la gran banqueta.
El tiempo fue pasando, las birritas también y llegó la hora de que ella se vaya. Tenía una fiesta de fin de curso de teatro. Dato al margen, al principio me rompió las bolas que no me diga de ir, pero cuando se fue todo mi cuerpo se lo agradeció.

Haciendo números, nos encontramos a las nueve, a las 12,30 era la fiesta, ponele que mi charla entretenida la distrajo hasta la 1 am, fueron como 4 horitas aguantando unos gases que Dios mío. Tal es así que ni bien cruzó la puerta de entrada/salida me acomodé y, sin pensarlo, lo liberé. Para mi asombro fue un pedo muy largo, fuerte y ruidoso.

¿Como sé que fue ruidoso estando dentro de un bar?

Fácil. Por la manera en la que retumbaba la banqueta colectiva metálica en la que tenía el culo apoyado.
No paraba, eran unos redoblantes militares, un motor de Ford Falcon preparado, la sala de máquinas de un trasatlántico, un martillo hidráulico, no sé, algo inimaginable.

Ya no eran las nueve, el bar y la banqueta colectiva metálica estaban llenos de gente, y la minita que tenía al lado me empezó a mirar, el pedo todavía seguía saliendo. Así con cara de nada y haciendo alarde de la creatividad que me caracteriza, saqué del bolsillo de atrás del jean mi celular, simulando que había sonado y que lo tenía en modo vibrador. Continuando con la farsa, mencioné el nombre de un supuesto amigo (hice un silencio) continué con un: “sí, ya estoy acá” (silencio) “ok, los espero”.
Corté, guardé el aparato en su bolsillo y acá viene lo mejor, la minita se me queda mirando y me pregunta:

¿Ese es el celular en el que se puede ver la tele?

martes, febrero 20, 2007

Encontre un video de Karate Keith

Free Counter
Counters